El primer paso es realizar un diagnóstico capilar para ver la densidad, grosor y averiguar la causa de la perdida capilar. Cada caso es distinto y requiere tratamientos diferentes.
Son fundamentales los champús específicos que no dañen el cuero cabelludo.
Si tenemos pelos miniaturizados, que son pelos aún vivos, pueden ayudar los fármacos o lociones.
Las sesiones de PRP (Plasma Rico en Plaquetas) o láseres, estimulan la formación de colágeno y aumentan las vascularización a nivel folículo piloso, por lo tanto regeneran el cabello y evita su caída.
El injerto capilar es una manera de recuperar el cabello para toda la vida, cuando la alopecia del paciente supera el 50% de su cabello, o cuando por causas estéticas el paciente desea realizarlo.