Preguntas Frecuentes
Hablamos de alopecia cuando la caída del cabello es significativamente superior a la media (alrededor de 100 cabellos diarios) y se produce una manifiesta disminución del grosor y la densidad del cabello.
Las principales causas son las hormonales, el estrés u otras enfermedades. La genética influye mucho en la pérdida de cabello.
El trasplante capilar está indicado en los casos de alopecia no transitoria, tanto en hombres como en mujeres.
En todos los casos es necesario un diagnóstico y revisión previos por parte de un especialista.
Aunque no existe una edad mínima para un trasplante capilar es cierto que no es recomendable realizarlo antes de los 22 o 25 años de edad, ya que previamente podemos encontrarnos en una fase demasiado inicial de la pérdida de cabello.
Un especialista con experiencia podrá determinar si está o no preparado.
Debemos saber que los cabellos que se trasplantan se caen al primer mes. Es a partir de los tres meses cuando empiezan a crecer y no apreciaremos el resultado final hasta doce meses tras el implante. De esta forma también resulta más natural y menos chocante.
El cabello que trasplantamos se obtiene de las zonas laterales y posterior de la cabeza. Estas son zonas programadas genéticamente para crecer durante toda nuestra vida. Por ese motivo, el cabello trasplantado no se cae.
A diferencia que con otras técnicas, con el método FUE a los 5 meses podemos planificar otro implante de cabello.
No, utilizamos anestesia local.
El postoperatorio es rápido. En unos días el paciente puede hacer vida normal.
Mediante la técnica FUE, se extraen los folículos sin necesidad de dejar cicatriz, no hay sutura. Por lo tanto, el paciente puede llevar el pelo corto si lo desea.
Es muy importante elegir los productos adecuados para el cuidado del cabello, es fundamental usar champús no agresivos con el cuero cabelludo y específicos al tipo de pelo que tengamos.
Una alimentación sana, basada en proteínas, verduras, frutas, legumbres, con las vitaminas necesarias para nutrir el pelo ayuda a mantenerlo fuerte y sano. Si estamos bajos de defensas, también podemos tomar complejos vitamínicos.
También es fundamental combatir el estrés al que nos enfrentamos en nuestra vida diaria.
El primer paso es realizar un diagnóstico capilar para ver la densidad, grosor y averiguar la causa de la perdida capilar. Cada caso es distinto y requiere tratamientos diferentes.
Son fundamentales los champús específicos que no dañen el cuero cabelludo.
Si tenemos pelos miniaturizados, que son pelos aún vivos, pueden ayudar los fármacos o lociones.
Las sesiones de PRP (Plasma Rico en Plaquetas) o láseres, estimulan la formación de colágeno y aumentan las vascularización a nivel folículo piloso, por lo tanto regeneran el cabello y evita su caída.
El injerto capilar es una manera de recuperar el cabello para toda la vida, cuando la alopecia del paciente supera el 50% de su cabello, o cuando por causas estéticas el paciente desea realizarlo.