Mitos sobre el injerto capilar
Seguramente, hayas escuchado una gran cantidad de mitos sobre el injerto capilar. El injerto de pelo es una opción cada vez más demandada por las personas que tienen problemas de calvicie. A continuación, desmontamos algunos mitos sobre el implante capilar.
Mitos sobre el trasplante capilar
Que no es compatible con otros métodos de regeneración es uno de los principales mitos. Sin embargo, utilizar otras técnicas de regeneración es perfectamente compatible con el trasplante de cabello. De hecho, se recomienda utilizar medicamentos, vitaminas y aminoácidos durante el postoperatorio, junto con la utilización de champús indicados a tal propósito. Además, otros de los tratamientos, como el PRP o la mesoterapia capilar, son muy aconsejables para combinar con el implante capilar.
El microinjerto capilar es doloroso
Si bien es cierto que durante el postoperatorio pueden aparecer pequeñas molestias, el injerto capilar se realiza con anestesia local en la zona. Además, en los días posteriores a la intervención se utilizan analgésicos y medicamentos que permiten evitar la inflamación y pequeños dolores que puedan surgir.
El pelo implantado no crece y vuelve a caerse
Al contrario de lo que se piensa, el injerto de cabello va mucho más allá que terminar con la calvicie de forma temporal. De hecho, la introducción de un folículo capilar procedente de otras zonas de la cabeza se comporta como un folículo totalmente nuevo que crece y se regenera, sin caerse. Así, si obtenemos el folículo de los laterales del pelo y, tras el injerto, otros cabellos en esta región siguen sin caerse tampoco se caerán aunque los injertemos en la zona superior de la cabeza.
Además de estas mentiras, también destacan otras como que el tratamiento solo es apto para hombres o que no se puede practicar deporte tras la intervención.
En definitiva, el injerto capilar ayuda a eliminar la calvicie de forma duradera, a pesar de que existan numerosos mitos al respecto.